Cuenta la historia que hubo un hombre, que tras haber abandonado su ciudad natal, consiguió convertirse en el hombre más rico del planeta Tierra. Su camino no fue nada fácil, tuvo que soportar insultos, malas caras con sus socios, hasta incluso tuvo problemas con su familia que al final terminó por abandonarlo. Este hombre a pesar de tener muchísimo dinero, se encontraba solo, por lo que decidió poner una solución a su problema.
Recientemente se habían descubierto nuevos planetas en los que se podía vivir, por lo que nuestro hombre decidió comprar uno y habilitarlo para que se fuese desarrollando como el planeta Tierra, pero lo sólo podían ir a este planeta aquella personas que hubiesen sido como nuestro protagonista, INMIGRANTES MALTRATADOS por la sociedad. La intención que tenia nuestro nuevo propietario del planeta Sycorax era crear una sociedad donde nadie tuviese problemas para alcanzar sus metas y encontrar así todo aquello que querían buscar en esta nueva tierra de oportunidades.
Finalmente y tras muchos años, el experimento fue un fracaso, y no por que el planta Sycorax no se fuese desarrollando a unos pasos agigantados, sino porque sus habitantes trataban a los que llegaban "nuevos" de la misma manera que ellos habían sido tratados cuando una vez fueron inmigrantes en el planeta Tierra. Por lo que nuestro dueño del planeta murió triste y con la convicción de que el problema no estaba en que uno fuese inmigrante, sino en que todos pensaban de la misma manera.
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